En un entorno como el actual caracterizado por el ritmo de cambio acelerado en el que nos encontramos inmersos, una de las principales ventajas competitivas de una organización es su capacidad de aprendizaje: ser capaz de aprender más rápido que los demás.
Las organizaciones aprenden a través de las personas, no hay aprendizaje organizacional sin aprendizaje individual. Sin embargo existen barreras en las organizaciones que limitan esta capacidad de aprendizaje. Peter Senge en su libro “La quinta disciplina” desarrolla estas barreras. A continuación se presentan algunas de ellas:
Yo soy mi puesto: Las personas tienden a identificarse tanto con su puesto que pierden la percepción de la totalidad de la organización. Su identidad es su tarea: “yo soy contable y no puedo hacer otra cosa”. Se comprometen con las tareas y objetivos propios de su puesto sin tener en cuenta el impacto que producen en los resultados de la organización, no se sienten responsables de los resultados globales. Esta visión fragmentada inhibe las posibilidades de colaboración con otras personas, dificulta la creación de una visión compartida y limita las posibilidades de recolocación, por ejemplo. Esta identificación y percepción parcial cierra oportunidades al aprendizaje limitando la capacidad y la aptitud necesaria para aprender.
La culpa es de otro: Cuando surge un problema normalmente la culpa acostumbra a ser de otro departamento, del cliente, del proveedor, la competencia, el mercado…, de cualquiera menos nuestra. Esta percepción dificulta tener conciencia de la influencia que ejercemos en nuestro entorno. Al centrarnos en nuestra tarea perdemos de vista la transcendencia que pueden tener nuestros actos y cómo influyen en el resto del sistema, lo cual es un factor clave de apertura al aprendizaje: ser capaz de percibir la realidad y poder modificarla.
La importancia de los hechos: Tenemos tendencia a centrarnos en los hechos y en las causas que subyacen a cada hecho: incremento de las ventas, recortes de presupuesto, despidos, etc. Sin embargo las mayores amenazas no vienen de hechos repentinos sino de procesos lentos y graduales, como por ejemplo el deterioro medioambiental. Si nos centramos sólo en los hechos como mucho podremos predecirlos y actuar en consecuencia, sin embargo existen otros procesos subyacentes sobre los que no estamos actuando. Es necesario detenernos para poder prestar atención a lo sutil y latente.
La incompetencia calificada: Se trata de un concepto introducido por Argyris que sirve para denominar aquellos “equipos de gente increíblemente apta para cerrarse al aprendizaje”. En la mayoría de organizaciones no se premia la capacidad de indagar, al contrario, se considera una amenaza. Estas organizaciones no admiten la posibilidad de no conocer la respuesta. Se refuerza y son premiadas aquellas personas que siempre tienen la respuesta para todo y que saben defender sus puntos de vista. Es más importante ser ágil atendiendo y resolviendo urgencias que cuestionarse ámbitos estratégicos de la institución.
Peter Senge muestra otras barreras y cada organización, en base a su cultura, trayectoria, etc. dispondrá de dinámicas inherentes que puedan estar obstaculizando el aprendizaje organizativo. Será clave identificarlas y actuar sobre ellas.
La organización que sea capaz de inspirar, motivar y desarrollar la capacidad de aprendizaje de sus equipos será la que más posibilidades tenga de prosperar y conseguir el éxito.