Pocas fuerzas hay tan poderosas como una visión compartida. La visión en una organización genera un vínculo en común que orienta todas las acciones.
En la mayoría de organizaciones la visión impuesta corresponde a la de una persona; pero estas visiones están vacías, no existe propósito, no emociona. Es necesario generar una visión compartida que sea el reflejo de la visión individual de cada una de las personas que la componen. Cuando las personas comparten una visión están conectadas generando un vínculo común que les transciende.
La visión compartida permite pasar de “la organización de ellos” a “nuestra organización”.
La visión compartida no surge de una persona ni viene impuesta, la visión compartida es la suma de visiones personales. Tu visión no es importante para mi, la única visión que me mueve es la mía propia. Para poder desarrollar una visión compartida es importante desarrollar en primer lugar la visión personal. No podemos obligar a que cada persona elabore su visión, pero sí podemos ofrecer el entorno adecuado para que surja. El proceso a través del cual la visión llega a ser compartida es más importante que su origen.
Actitudes posibles ante una visión:
Compromiso | Queremos la visión. Lograremos concretarla. Crearemos las estructuras que sean necesarias. |
Alistamiento | Queremos la visión. Haremos lo que sea posible dentro “del espíritu de la ley”. |
Acatamiento genuino | Vemos los beneficios de la visión. Hacemos lo que se espera y más. |
Acatamiento formal | Vemos los beneficios de la visión. Hacemos lo que se espera y nada más. |
Acatamiento a regañadientes | No vemos los beneficios de la visión, pero tampoco queremos perder el trabajo. Hacemos lo que se espera de nosotros porque no queda más remedio, pero damos a entender que no formamos parte. |
Desobediencia | No vemos los beneficios de la visión y no hacemos lo que se espera. “No lo haré, no podéis obligarme”. |
Apatía | No estamos a favor ni en contra. No manifestamos interés ni energía. |
Peter Senge, “La quina disciplina”.
Compromiso conlleva sentirse plenamente responsable de alcanzar la visión. No sigo las reglas del juego, soy el responsable del juego.